Hoy la cesta viajera venía de casa de Freddy llena de calamares en su tinta.
Con la primera sensación y solo utilizando la vista, casi ninguno hemos querido probarlos, el color negro nos decía que eso no tenía que estar bueno. Luego lo hemos saboreado y a unos nos ha gustado y a otros no nos ha gustado nada.
Todos hemos jugado con la tinta del calamar, para que nuestra lengua se pusiera negra y al final todos hemos untado pan en la salsa.
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